Amosando publicacións coa etiqueta Italia. Amosar todas as publicacións
Amosando publicacións coa etiqueta Italia. Amosar todas as publicacións

xoves, 19 de marzo de 2020

Alejandro Cadarso | Enxeñeiro Industrial | Milán

Enxeñaría Industrial (2007) | UVigo
Director de Operacións AM en Cofle Group (desprazado en Turquía)

Produción industrial
A produción industrial das fábricas non parou. Con maior ou menor normalidade o traballo continúa, adaptándose  á situación con medidas excepcionais de illamento. 

Entre as medidas adoptadas pola industria, destaca:
- Extensión do teletraballo ao máximo posible.
- Redución do persoal de oficina ao mínimo, aplicando axustes como a rotación de persoal de oficina que combinan o teletraballo, traballo presencial e período vacacións.
- Aumento, sempre que posible, do número de turnos produtivos para diminuír a cantidade de traballadores simultáneos nas zonas de traballo en planta.
- Redución ao mínimo imprescindible das reunións presenciais.
- Peche das visitas non programadas e redución das mesmas ao mínimo indispensable.
- Limpeza e desinfección frecuente das áreas de traballo.

Lombardía, a “zona cero”
A situación nesta rexión, especialmente nalgunha área como Bérgamo, é moi crítica. Así sendo, o seu hospital, Papa Giovanni XXIII, un moderno complexo hospitalario aberto en 2012, está nunha situación dramática, pois chegou ao punto do colapso sanitario; isto é, con todos os postos de UCI ocupados, incluíndo as novas camas creadas pola situación de emerxencia. Alén diso, detéctase a falta de equipamentos (respiradores), elementos de protección (máscaras) e todo tipo de material sanitario. Varias empresas víronse na necesidade de reconverter a súa produción para elaborar este tipo de material. As vítimas mortais da pandemia acumúlanse, sendo transportados polo exército para incinerar.

Confinamento total
Na Rexión da Lombardía e, en xeral, en toda a Italia, a xente está concienciada da necesidade de quedar confinada nas súas casas e as rúas das vilas e cidades están desertas. Esta semana esperábase que as drásticas medidas tomadas polo goberno comezasen a causar efecto, mais polo momento os casos de contaxio continúan a aumentar de forma exponencial. Porén, nos últimos días móstrase algún sinal de esperanza, pois a porcentaxe de aumento diminuíu a respecto do dia anterior.

luns, 16 de marzo de 2020

Mariana Toussaint | Grao en Comercio | Roma

Mariana Toussaint 
Grao en Comercio (2015) | UVigo 
Mestrado en Comercio Internacional (2016)| UVigo 
PhD candidate en Análise Económica e Estratexia Empresarial 
Traballa no Dpto. de Pesca e Acuicultura da Organizacion das Nacións Unidas para a Alimentación e a Agricultura (FAO) en Roma 

Hace dos semanas yo estaba regresando de un viaje de trabajo a mi casa, en Roma, donde vivo desde hace casi 4 años. Hace una semana podía salir de mi casa con toda libertad. Es verdad que hace una semana las cifras del coronavirus se iban disparando día con día, hora a hora, minuto a minuto. El coronavirus para aquel entonces había puesto a Italia en el punto de mira de muchos países, sobre todo a nivel internacional, esto hizo que familiares, amigos y conocidos mostraran su preocupación, incluso inquietud sobre la situación actual en Italia. 

Italia lleva oficialmente siete días de cuarentena, donde solo los servicios a domicilio, supermercados y farmacias continúan activos en sus actividades. Es verdad que, al inicio, antes de que se tomaran todas las medidas de seguridad, hubo un miedo y una psicosis colectiva principalmente por la incertidumbre de qué pasará o cómo se llevarán a cabo todas estas medidas. También es verdad que ha habido mucho amarillismo, por parte de la prensa y de los medios de comunicación, para meter miedo a nivel internacional, ya que lo que estaba pasando en Italia, sobre todo con el tema de los supermercados no era del todo cierta.  

Al final, las medidas que se han tomado no están mal, quedarse en casa, trabajando y ponerte al día con cosas que llevabas tanto tiempo queriendo hacer pero no podías, ya fueran por motivos de tiempo o quizás estar metido en el tráfico. Es verdad que, al principio, muchas personas no entendían la importancia de quedarse en casa, pero creo ahora la gente que lo está viviendo, como en el caso de España, lo empieza a comprender más.  

HAY QUE QUEDARSE EN CASA, principalmente esta medida es para que los hospitales, médicos, enfermeros y auxiliares puedan salvar vidas, HAY QUE QUEDARSE EN CASA para no saturar a los hospitales, porque puede ser que quizás no te contagies del covid-19 pero puede ser que te pase algo y necesites de los servicios médicos. HAY QUE QUEDARSE EN CASA porque es importante ser un civil responsable y empático. 

Yo, me quito el sombrero ante Italia, por ser el primer país en Europa y en occidente en tomar medidas, que aunque en su día parecían extremas, al final resultaron ser las más acertadas, pero sobre todo por poner a sus ciudadanos antes que a su economía, como han hecho otros países.  

venres, 13 de marzo de 2020

Lidia Giraudo | Licenciada en Bioloxía | Turín


Licenciada en Bioloxía (2009) | UVigo

PhD en Ciencias Biomédicas (2015) | Universidade de Turín
Postdoc no Candiolo Cancer Institute (Turín)

Nunca pensé que me tocaría vivir una situación como ésta. Aquí, en el norte de Italia las prioridades han cambiado. Ahora ya no se sale si no es para lo justo: quien va a trabajar, quien va a cuidar de alguien no autosuficiente o quien va a comprar alimentos o fármacos. 

Industria y cadenas de alimentación siguen activas, pero se ha cerrado todo lo demás, tiendas de venta al público, clínicas de estética, peluquerías, cafeterías y restaurantes. 
Yo soy investigadora, trabajo en un gran hospital oncológico, pero en estos días sólo la parte clínica sigue adelante, hay que proteger a nuestros pacientes, cuyo sistema inmunitario está ya luchando su propia guerra.

Se cumplen ya tres semanas desde que los niños se quedaron sin colegio, pero hace sólo pocos días que la gente entendió bien lo que de verdad era necesario para combatir el Sars-CoV-2: reducir al mínimo los contactos interpersonales. Lo esencial es quedarse en casa, porque si evitamos los contactos, evitaremos el contagio. 

Este pequeño e insidioso virus tiene una capacidad de contagio muy alta, su R0, es decir, cuántas personas consigue contagiar una persona infectada, es de alrededor de un 2.3. Esto quiere decir que una persona conseguirá contagiar a más de dos personas. Mientras siga siendo mayor que 1, la curva de contagios seguirá siendo exponencial. 

Esta pequeña partícula, de camino entre lo vivo y lo inerte, es capaz de unirse a través de su proteína spike al receptor ACE2 de las células alveolares con una fuerza tal que el tiempo de convalecencia es largo, de 2 a 6 semanas. Nadie tiene anticuerpos, nadie está protegido, no hay inmunidad cruzada como sucede con otras enfermedades. 

Todos podemos enfermar de COVID-19. En el 80-85% de la población, la enfermedad provocará síntomas parecidos a los de la gripe: fiebre, tos, malestar, dolores musculares… antes o después saldrán adelante. Sin embargo, en el 15-20% de la población, la infección por Sars-CoV-2 provocará una neumonía grave que requerirá oxigenación y, en muchos casos, ventilación asistida. 

Ningún país está preparado para hospitalizar al 15% de toda su población. El objetivo principal del aislamiento es el de ralentizar los contagios y así dar tiempo al sistema nacional de salud a atender con las curas necesarias a quién lo necesite. Si saturamos la capacidad de reacción del sistema, no todo el mundo podrá ser atendido como debería, y ahí si, la enfermedad será más peligrosa.

En estos tiempos, donde todo va a gran velocidad, y donde estamos acostumbrados a correr de un lado para otro intentando ganar tiempo para después perderlo, una pequeña hebra de RNA ha venido desde el otro lado del mundo para recordarnos lo pequeños que somos, que aunque estemos modificando a pasos agigantados nuestro entorno y el planeta en el que vivimos, la Naturaleza puede aún darnos una gran lección. 

Este virus, que mutando pasó de un animal al hombre y de ahí al resto de la humanidad, ha venido para recordarnos que hay que parar y ahora nos obliga a disfrutar de lo realmente importante, la familia, intentando mantener una cohesión social que nos permita, juntos, bloquear la pandemia. Nada tiene sentido si no remamos todos juntos en la misma dirección. 

Médicos y personal sanitario están dándolo todo, las terapias intensivas se están llenando de pacientes COVID-19 positivos, con neumonías graves, y que necesitan ser aislados de los otros pacientes, también ellos en estado grave por otras circunstancias. Estos grandísimos profesionales están haciendo turnos masacrantes, sin poder beber, comer, ir al baño, a veces sin ni siquiera poder volver a sus casas porque han tenido que entrar en aislamiento por posible contagio. Muchas veces, son ellos, la primera línea, los médicos de cabecera, los que no tienen sistemas de protección individual como las mascarillas. 

La protección civil y los cuerpos de policía controlan que todo fluya, pidiendo a los automovilistas que exhiban la autocertificación que diga porqué hemos salido de nuestro domicilio. 

El personal de las farmacias y de los supermercados están haciendo una grandísima labor, nos permiten volver a casa con esos bienes de primera necesidad que hemos comprado online. 

Los transportistas, los que trabajan haciendo que todo lo que compramos pueda llegar de la fábrica a nuestras casas. 

¿Y qué decir de l@s biólog@s? Esos maltratados personajes que trabajan en los laboratorios de medio mundo intentando aislar y secuenciar, testar y producir fármacos o vacunas que servirán al resto de la sociedad. 

Todos ellos deben ser nuestros nuevos héroes, muchos, como el personal sanitario, anteponiendo la salud de los demás a la propia, las necesidades de la colectividad a las individuales. Ell@s son de verdad los héroes de esta lucha. Recordémoslo cuando haya que recortar costes innecesarios. 

Italia avisa, hay que prepararse muy bien, sobretodo, para la población general, prepararse psicológicamente. Es la primera guerra que se ganará desde nuestras casas. Será difícil, pero todos juntos podremos conseguirlo.