Enxeñaría de Telecomunicación (1996) | UVigo
Xerente de Tecnoloxía en Santander Consumer Finance
En Colombia, afortunadamente, el impacto de la pandemia es moderado en términos de número de infectados. Quizás tenga que ver con que el primer caso se detectó a comienzos de marzo y solamente se esperó dos semanas para dar inicio a las medidas de confinamiento. Puede haber ayudado también el hecho de que en este país no es raro el uso de la mascarilla, cuando se tiene un catarro o una gripe, para evitar contagiar a otras personas. Yo la he utilizado en alguna de esas situaciones, incluso en casa.
A pesar de que el carácter latino del país me llevó a pensar, inicialmente, que el respeto a estas medidas iba a dejar mucho que desear, la realidad es que en la zona donde vivo se percibe un nivel aceptable de seguimiento. Sin embargo, parece que no sucede lo mismo en las zonas costeras, de clima tropical. Me surge la inquietud de poder comparar este comportamiento con el de España, porque es una de las referencias que tenemos para saber si podemos esperar una evolución similar en el número de infectados, así como la duración de la situación de emergencia.
En el terreno profesional tengo la suerte de poder trabajar desde casa, con algunos inconvenientes producidos por no poder disponer de respuesta de algunas personas de forma rápida. También cuesta un poco acostumbrarse a la necesidad de tener que organizar reuniones para cuestiones que habitualmente se resolvían de forma presencial sin mayores preámbulos. En general, en este aspecto no me parece que haya gran diferencia entre la experiencia que supongo se tiene en España y la que he veo en Colombia.
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