mércores, 1 de abril de 2020

Ana Carracelas | Licenciada en Filoloxía Hispánica | Baixa Saxonia

Ana Carracelas Estévez
Licenciatura en Filoloxía Hispánica (2004) | UVigo
Vive e traballa part time como coidadora de nenos nun colexio e como profesora de español na Universidade Popular (VHS) na Baixa Saxonia

Mediante esta breve crónica quiero describir mi vivencia personal de la situación del COVID-19 en la región de Baja Sajonia (Alemania), ya que no todas las medidas se aplican en todas las zonas. Mientras en el estado federado de Bayern y en el de Baden-Württemberg hay un confinamiento total, al igual que en España o Italia, en el resto del país no.

Desde el pasado 16 de marzo permanecen cerrados todos los centros escolares, así como universidades, escuelas de formación profesional e incluso las guarderías. 

Los medios de transporte también se vieron afectados y se redujo tanto el horario de los autobuses como el de los trenes. Así como se impulsa el uso del vehículo propio para desplazarse al centro de trabajo.

En cuanto al sistema sanitario también se implementaron nuevos protocolos. Por un lado se suspenden pruebas y citas que no son urgentes y por otro lado, se realizan más trámites telefónicamente como la baja por un resfriado, por ejemplo.

El ocio se ha restringido bastante. Hoteles, restaurantes (excepto servicio a domicilio), cines, teatros y centros deportivos permanecen cerrados. Así mismo fueron cancelados todos los eventos y fiestas.

En el sector laboral también se han adoptado diversas medidas. Por un lado, se ha implementado el teletrabajo, por otro, se adaptan las jornadas laborales en función de la carga de trabajo y, debido al descenso de la producción en algunos de los sectores, las empresas aplican el Kurzarbeit (el gobierno paga el 60% ó el 67% del salario de las horas no trabajadas) para evitar el cierre de las mismas. 

La forma de comprar ya cambió radicalmente en febrero, donde, algunos por temor a caer enfermos y no poder salir de casa, y otros por el miedo, comenzaron a realizar Hamsterkäufer (compra de productos básicos) y así fueron desapareciendo de las estanterías la harina, la pasta, la sopa, los precocinados y un clásico de esta era; el papel higiénico.

Muchos se preguntan cuáles son las claves de la baja mortalidad (de momento) en el país, desgraciadamente no las conozco, pero una puede ser su gran capacidad de analizar muestras y la brevedad con la que dan los resultados. O quizás la cuarentena preventiva en caso de estar en contacto con alguien infectado. O tal vez el clima (aquí la primavera no se dejó sentir muchos días todavía y de momento la gente pasa mucho tiempo en sus hogares). O que hay más medios sanitarios (más hospitales, camas y UCIS), no obstante, al igual que en otros países, también hay falta de personal sanitario para paliar la situación. 

La economía se ralentiza cada día un poco más, pero la vida continúa y se abre paso, incluso en estos momentos de incertidumbre.

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