domingo, 22 de novembro de 2020

Carlos Cernadas | Doutor en Lingüística e as súas Aplicacións

Carlos Cernadas

Doutorado en Lingüística e súas Aplicacións (2014) | UVigo

É profesor titular da Universidade Federal do Pará (Brasil)

Pocos días después de enviar mi crónica en el mes de abril, la pandemia explotó en Belém y los casos de familiares, amigos y conocidos contagiados se multiplicaron exponencialmente. En casa, a pesar del confinamiento que habíamos iniciado en marzo, el virus entró a comienzos de mayo. La situación fue muy difícil: no había disponibilidad de pruebas fiables para comprobar el contagio, los pocos medicamentos recetados como posible tratamiento se fueron acabando y los hospitales colapsaron. Afortunadamente, mi mujer y mi hija se recuperaron de los síntomas de la Covid sin mayores consecuencias, pero un significativo número de conocidos, incluyendo una compañera, también profesora de español, no consiguió resistir.

En medio de este contexto hemos tenido que escuchar al presidente afirmando que el virus es una gripe sin importancia e incitando a la población a abandonar el confinamiento, diciendo que “Brasil tiene que dejar de ser un país de maricas”. Estas declaraciones evidencian cuál es la posición del gobierno ante la crisis y su radicalidad ideológica. El actual ministro de sanidad es el tercero desde el inicio de la pandemia: al primero lo destituyeron por oponerse a la inacción del gobierno, el segundo renunció porque decidió no oponerse y el actual es un general del ejército. Además, desde junio no se ofrecen datos oficiales de contagios y muertes por prohibición gubernamental. Actualmente estamos atravesando la segunda ola, pero fueron tantos los casos durante la primera que, al menos en mi ciudad, aun cuando sigo sabiendo de conocidos que se contagian y fallecen, la situación no está siendo tan extrema como en mayo.

En la Universidad las clases presenciales no han vuelto, pero el segundo semestre ya ha iniciado de forma remota, aunque con un poco de retraso. Los profesores hemos adecuado nuestra práctica pedagógica a este contexto, adoptando metodologías compatibles con la situación de emergencia, pues un considerable número de alumnos no dispone de los medios tecnológicos necesarios para acompañar las clases. Por ello, la matrícula ha sido opcional y los discentes que han decidido no estudiar durante la pandemia no se verán perjudicados. Como representante docente tuve la oportunidad de participar en las reuniones del Consejo Universitario en las que se establecieron las medidas adoptadas por la institución y puedo decir que incluso se consideró la realidad de los discentes que viven en remotas aldeas indígenas y quilombos (asentamientos de descendientes de africanos esclavizados), que tuvieron que abandonar Belém para cuidar de sus familias. Aunque las clases presenciales se han suspendido, ejerzo el cargo de Coordinador de la Licenciatura en Lengua Española y en ocasiones necesito desplazarme al campus para participar de reuniones o realizar alguna gestión administrativa. La extraña sensación de sentir los espacios físicos de la Universidad desiertos parece ser el augurio del nuevo tiempo que nos aguarda con el fin de la pandemia.


sábado, 21 de novembro de 2020

SEGUNDA ONDA DA PANDEMIA DE COVID-19

Segundo a OMS, nas últimas catro semanas houbo no mundo máis casos de contaxios de coronavirus que nos primeiros seis meses da pandemia, sendo Europa e América os continentes máis afectados.


Taxa de notificación de casos de Covid-19 por 100.000 habitantes nos últimos 14 días (semanas 45-46), a 18 de novembro de 2020.


A expansión da Covid-19 en Europa desde o 20 de xaneiro até o 16 de novembro de 2020.